

De la infraestructura al paciente: la nueva era de la ciberseguridad en salud
La ciberseguridad en el sector sanitario ha evolucionado de forma acelerada. Lo que comenzó como un esfuerzo por proteger infraestructuras críticas se ha transformado en un modelo más complejo, donde la información, los servicios y, sobre todo, las personas son el centro de la estrategia.
Hoy, hablar de seguridad digital en salud implica entender un ecosistema interconectado y dinámico, en el que cada interacción puede convertirse en un punto vulnerable.
Primera etapa: proteger el perímetro físico
Durante años, la prioridad fue blindar hospitales, clínicas y centros de procesamiento de datos. El objetivo era claro: evitar que ataques externos o internos comprometieran los sistemas que almacenaban historiales clínicos y gestionaban la atención.
El perímetro estaba bien definido: instalaciones médicas y sus redes internas, servidores con historiales clínicos y dispositivos conectados dentro de las instalaciones.
Este enfoque permitió contener amenazas como ransomware, brechas de datos y sabotajes, limitando el impacto a activos visibles y controlables.
La digitalización y la interoperabilidad desdibujaron el perímetro
Sin embargo, la digitalización masiva y la interoperabilidad entre sistemas desdibujaron ese perímetro. La atención remota, el uso de dispositivos conectados y la externalización de servicios críticos abrieron nuevas puertas a los ciberdelincuentes.
El modelo clásico fue necesario, pero insuficiente para un entorno donde la información fluye sin fronteras físicas.
Segunda etapa: el ecosistema digital sanitario
Hoy, la salud digital funciona como una red distribuida que conecta hospitales, laboratorios, farmacias, proveedores, aseguradoras, plataformas tecnológicas, dispositivos IoT y aplicaciones móviles.
Esta interconexión genera beneficios evidentes, pero también multiplica los riesgos:
- Perímetro diluido: Los sistemas ya no operan aislados. La colaboración a través de plataformas cloud y APIs incrementa los vectores de ataque y las posibilidades de acceso no autorizado.
- Telemedicina y movilidad: Pacientes y profesionales acceden a datos sensibles desde dispositivos móviles, lo que eleva el riesgo de pérdida de información suplantación de identidad y manipulación de información sensible.
- Dependencia de terceros: La dependencia creciente de proveedores tecnológicos, servicios cloud y plataformas externas, esto es, la cadena de suministro tecnológica introduce vulnerabilidades difíciles de controlar.
- Amenazas sofisticadas: Los atacantes emplean inteligencia artificial y técnicas avanzadas de ingeniería social para explotar fallos en dispositivos médicos y coordinar ataques a diferentes nodos del ecosistema.
La ciberseguridad sanitaria debe ser colaborativa, ágil y transversal
En este contexto, la ciberseguridad sanitaria debe ser colaborativa, ágil y transversal. No basta con proteger infraestructuras; hay que asegurar datos, servicios y usuarios en todo el ecosistema.
Estrategias como la seguridad multicapa, la monitorización adaptativa y el modelo zero trust se han convertido en estándares para anticipar riesgos y garantizar la interoperabilidad segura.

Desde Izertis hemos trabajado en esta aproximación ecosistémica, aplicando estrategias emergentes altamente eficaces y eficientes:
- Seguridad multicapa: no basta con proteger el núcleo hospitalario; la seguridad debe desplegarse en todos los niveles del ecosistema sanitario: dispositivos, usuarios, aplicaciones, servicios cloud, cadenas de suministro e integraciones digitales.
- Monitorización adaptativa: Sistemas inteligentes de monitorización y detección proactiva de amenazas, capaces de anticipar riesgos.
- Zero trust e interoperabilidad segura: Convirtiendo la arquitectura “confianza cero” en estándar, obligando a validar continuamente identidades y permisos.
Tercera etapa: el paciente como activo crítico
La verdadera disrupción consiste en situar al paciente en el centro del modelo de protección. En un sistema donde la información médica circula por múltiples manos y dispositivos, una brecha no solo compromete la privacidad: puede afectar la atención clínica y la confianza en el sistema.
Este enfoque reconoce que el valor principal del ecosistema sanitario reside en la protección del bienestar y los derechos digitales de las personas. El paciente deja de ser un receptor pasivo para convertirse en protagonista activo. ¿Cómo se traduce esto en la práctica?
- Monitorización personalizada: Analizar riesgos según el perfil y comportamiento del usuario para anticipar incidentes. Prevención activa.
- Seguridad adaptativa: Incorporar inteligencia artificial para detectar anomalías y activar alertas específicas que permiten una respuesta rápida y dirigida.
- Gestión dinámica de identidad: Auditar cada acceso y transacción sobre datos personales y clínicos, devolviendo el control al usuario.
- Planes de recuperación centrados en la experiencia: Priorizar la continuidad asistencial y el acceso seguro tras un incidente, minimizando el daño y el trauma derivado de la brecha digital.
- Zero trust aplicado a personas: Validación continua en cada interacción, no solo entre sistemas.
- Derechos digitales y empoderamiento: Permitir que el paciente gestione quién accede a su información, fomentando transparencia y confianza.
- Colaboración global: Integrar al usuario como agente activo, con formación y herramientas para protegerse.
Hacia una salud cibersegura
El futuro del sector sanitario pasa por construir sistemas donde la ciberseguridad en salud no sea un complemento, sino un pilar que acompaña a cada paciente en su experiencia digital. Proteger infraestructuras sigue siendo esencial, pero el objetivo final es garantizar privacidad, autonomía y confianza.
Este paradigma exige soluciones que combinen tecnología avanzada, cumplimiento normativo y formación continua. La seguridad se convierte en un valor añadido para una atención personalizada, resiliente y ética, basada en principios de transparencia, zero trust y colaboración multidisciplinaria.
Construir confianza
En Izertis creemos que la transformación digital del sector salud solo será sostenible si se apoya en una ciberseguridad sólida, centrada en las personas y adaptada a un ecosistema cada vez más interconectado.
Nuestro compromiso es acompañar a organizaciones sanitarias
Como consultora tecnológica especializada en salud digital, nuestro compromiso es acompañar a organizaciones sanitarias en este cambio, aportando conocimiento, tecnología y una visión ética que garantice la protección integral del paciente.
Desarrollamos soluciones integrales que van desde la implementación de plataformas seguras de telemedicina y gestión de identidades digitales, hasta la aplicación de IA para monitoreo adaptativo y detección precoz de amenazas. Su enfoque holístico abarca la segmentación y microsegmentación de redes, cumplimiento de normativas y estándares internacionales, y formación continua para minimizar riesgos humanos.
Además, Izertis es líder en servicios de IA seguros y éticos, fundamentales para enfrentar los nuevos retos de ciberseguridad en salud.
Porque la salud digital no se entiende sin confianza, y la confianza se construye sobre seguridad