BorderSens project

El proyecto BorderSens para el control de drogas fronterizo comienza su fase de pruebas en el laboratorio

El proyecto BorderSens financiado con fondos europeos, en el que participamos como uno de los socios principales y que tiene como objetivo detectar drogas a través de huellas digitales electroquímicas con resultados fiables y de forma más eficiente, comienza a dar sus primeros frutos.

La Universidad de Amberes ha sido la encargada de coordinar este proyecto de alta tecnología que cuenta con una financiación de 5´5 millones de euros y con 15 socios internacionales más procedentes de 8 países. Nuestra empresa se ocupará de las áreas de ciberseguridad, inteligencia artificial, Internet of Things y electro-analítica.

Hasta el momento la policía de aduanas y de fronteras realizaba test colorimétricos -o pruebas de color simple- para la detección de drogas, estas pruebas entrañaban una serie de deficiencias como son un bajo índice de fiabilidad y una precisión no superior al 70% pero gracias a este nuevo proyecto las pruebas alcanzarán un índice de fiabilidad del 99% evitando asimismo los `falsos positivos’.

El nuevo dispositivo se espera que esté listo para finales de agosto de 2023 y ofrecerá muchas ventajas a los cuerpos de seguridad pertinentes como son su efectividad, rapidez, portabilidad, instantaneidad y capacidad para discernir entre positivos y negativos erróneos, entre otras.

“Se trata de un dispositivo que es capaz de detectar no sólo una sustancia sino varias sustancias a la vez, tanto drogas como precursores o cortantes. Además, se espera que lo haga en un tiempo corto no más de 40 segundos y con un bajo coste” ha señalado Marta García Prado, lead of IoT de Izertis.

Estas iniciativas surgen en un momento convulso no sólo por la nueva realidad que está configurando la COVID 19 sino también porque según el Informe Europeo sobre Drogas de 2020 nos encontramos ante un panorama “muy preocupante”.

Tanto el número como la cantidad de incautaciones de cocaína son las más altas jamás registradas, la fabricación de heroína parece tener lugar dentro de las fronteras europeas y la producción de sustancias ilícitas ahora se basa en un conjunto de productos químicos más diverso.