DevOps
Rubén Gavilán Fernández Software Architect

¿Qué debo hacer para implantar DevOps? Un camino apasionante

¿Qué es DevOps?

Una vez visto en posts anteriores qué es DevOps, qué beneficios aporta a las organizaciones que adoptan este modelo, así como las fases y herramientas que se pueden utilizar, llega la hora de preguntarse de qué manera podemos implantar en nuestra organización estas prácticas, y si me lo permitís esta cultura.

Lo primero que tenemos que saber es que no existe una receta mágica que permita hacer un cambio de filosofía en cualquier organización. Sería erróneo pensar que la compañía debe adaptarse a DevOps, ya que cada una de ellas tiene una forma de trabajar, procedimientos internos propios, clientes diferentes y un stack tecnológico adaptado a sus necesidades. Por todo lo anterior, entre otras cosas, es necesario adaptar DevOps a cada compañía para que triunfe su implantación.

Implantar DevOps

Podríamos pensar que aplicar DevOps es un proceso en el que un día nos levantamos por la mañana y queramos aplicarlo y desde ese mismo día empezar a usarlo. Sería muy difícil dar un gran salto ya que lo más probable es que nos caigamos al vacío. En este caso, lo más importante es ir dando pasitos cortos, poco a poco, e ir afianzando el actual antes de dar el siguiente. Ir subiendo peldaños hasta llegar a la madurez en la implantación que queramos alcanzar.

Algo que es muy importante en todo proceso de implantación es percibir cuanto antes los beneficios del cambio. Si optamos por dar un gran salto es muy probable que llegue la frustración (no quiero entrar en temas presupuestarios) y haga que el proceso de transformación se convierta en un fracaso. Por el contrario, si conseguimos avanzar en forma de pequeñas iteraciones, se comenzarán a percibir las bondades de la aplicación de estas técnicas en un corto periodo de tiempo, tanto para las personas que se encargan del proceso como a cualquier otro implicado, y esto nos va a hacer querer seguir hacia adelante en busca de los siguientes escalones.

Cuando comencemos a definir la implantación, teniendo en cuenta lo indicado con anterioridad, sería preciso crear un plan de actuación centrado en los siguientes aspectos:

Personas

Es muy importante que las personas se conciencien de querer llevar a cabo el cambio de cultura para que la rueda empiece a rodar. Cuando pensamos en personas tenemos que pensar en todos aquellos implicados, empezando en los niveles más bajos de la organización, pasando por posiciones intermedias y llegando, como no podría ser de otra manera, hasta la alta dirección de la compañía.

Proceso

Una vez está todo el mundo convencido de querer abordar este cambio cultural, hay que centrarse en el proceso, empezando, como decíamos anteriormente, por aquellos aspectos que aporten un mayor beneficio en un corto periodo de tiempo, por ejemplo, tareas repetitivas que sea sencillo automatizar, consiguiendo de esta manera una percepción del beneficio muy rápida y acorde a las expectativas.

Producto

En último lugar, la implantación de las técnicas y herramientas en nuestros propios productos, como por ejemplo con prácticas de operación, monitorización, feedback, etc., las cuales redundan en una mayor satisfacción y calidad.

Como conclusión, DevOps es un proceso bastante emocionante y divertido, aunque hay que tener claro que en alguna ocasión haya que dar marcha atrás para no caer en la frustración. Hay que verlo como un paso adelante que permita ver el desarrollo como una ingeniería y no como algo muy “artesanal”. El no ir hacia este modelo puede hacer que nos quedemos atrás en el mercado, por lo que merece mucho la pena comenzar a recorrerlo.