Mapa nocturno de Europa con luces de conectividad mostrando la interdependencia digital y tecnológica de los países.
Carlos María Recasens Director BU Midmarket

Apagón en España: otro golpe en la línea de flotación de la disponibilidad de los sistemas

No hace falta estar informado, ser consumidor de medios de comunicación, ni tan siquiera ser conocedor de las tecnologías TIC para imaginar el tremendo impacto que tuvo sobre los sistemas de las organizaciones españolas el prolongado apagón generalizado que tuvo lugar el 28 de abril a partir de las 12.30 de la mañana.

No fue sólo la bajada en la productividad de los usuarios, ni tan siquiera la indisponibilidad de sistemas de producción asociados a los negocios. El golpe más duro fue la constatación de la fragilidad de nuestros planes de continuidad de negocio.

Tendemos a pensar que un desastre siempre está geolocalizado en un punto concreto, basamos nuestra confianza en la distancia y la separación de circuitos de telecomunicaciones y olvidamos que dependemos de proveedores globales, cuya fragilidad desafía cualquier estrategia basada en los suministros externos.

En Izertis hemos podido pulsar la experiencia de clientes de todos los sectores y la conclusión es clara: sólo aquellos que operan con su producción en entornos de cloud pública o los que tienen una estrategia en nube para su servicio de disaster recovery mantuvieron intacta la producción.

Una estrategia de continuidad basada en entornos primarios o secundarios autosuficientes hubiera ayudado a mitigar los daños

Se piensa de manera generalizada que el cese de los servicios de telecomunicaciones para usuarios amortiguó el impacto reputacional y económico de los clientes. Y es cierto. En parte. No olvidemos algunos datos:

  • El 61% de los e-commerce españoles suministra al extranjero.
  • Más del 65% de los ciudadanos españoles tenían cobertura de datos antes de las 21h.

Por otro lado, multitud de sistemas tuvieron un apagado y encendido repentino y no ordenado. Esta circunstancia provocó una ingente cantidad de incidencias e inconsistencias en transacciones comerciales y operacionales en el tejido empresarial de la península. Y lo que arrastra: fallos hardware y software, equipos de soporte trabajando a destajo y deshora, centros de atención a usuario con satisfacción baja, etc.

Una estrategia de continuidad basada en entornos primarios o secundarios autosuficientes hubiera ayudado a mitigar los daños. Tener sistemas de alimentación independientes en los centros de producción para soportar al menos las maniobras de failover y sin discusión: cloud pública en uno de los dos centros de datos.

Lo que es seguro es que debemos tomar nota y aprender de este nuevo golpe, pensando más allá y actualizando nuestros planes de continuidad de negocio. Porque los últimos años nos han enseñado a pensar fuera de la caja y a constatar que las hipótesis pueden ser superadas por la realidad.

En Izertis, podemos ayudar desde la consultoría, preparación o adecuación del plan de continuidad de negocio, hasta las implementaciones técnicas de las acciones o la venta de productos y servicios asociados a la protección. En ese sentido, consideramos que disponer de dos data centers en alta disponibilidad es una estrategia madura, con claros beneficios operativos y de tolerancia a fallos locales, pero no ante fallos lógicos o regionales. 

Si, además, se incorpora un Disaster Recovery as a Service (DRaaS) basado en un tercer data center en la nube se pasarían a cubrir también esos casos límite mediante una solución aislada y económicamente eficiente. Hay que tener en cuenta que un DRaaS no reemplaza la estrategia de alta disponibilidad en vigor, sino que desacopla completamente el entorno de recuperación de manera eficiente.

Hablamos el idioma del negocio, sin olvidarnos del profundo conocimiento de la tecnología, esto nos convierte en el socio ideal para ayudar a nuestros clientes a afrontar las amenazas futuras y proteger sus activos.