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Manuel Estévez GRC Manager

Seguridad e Inteligencia Artificial

En la era digital, la información es uno de los activos más valiosos para cualquier organización. Este valor intrínseco también trae consigo una creciente preocupación por la seguridad de dicha información. La creciente complejidad de las amenazas, combinada con la ingente cantidad de datos que se generan, comunican y almacenan, plantea un desafío crucial en la protección de los sistemas de información y la salvaguarda de la privacidad. En este contexto, la Inteligencia Artificial (IA) emerge como una herramienta revolucionaria en el Gobierno, la gestión de Riesgos y el Cumplimiento (GRC) en el ámbito de la seguridad de la información.

En este artículo, exploraremos cómo la IA está transformando el panorama de la gestión de riesgos de seguridad de la información. Examinaremos los escenarios en los que aparece, los casos de uso destacados y las tendencias emergentes que ilustran cómo esta sinergia está redefiniendo la forma en que debe abordarse la protección de los activos corporativos. A medida que se avanza en esta intersección entre tecnología y seguridad, es crucial comprender cómo la Inteligencia Artificial está forjando un camino hacia un futuro más seguro en la protección de los activos digitales.

En el escenario actual de gestión de la seguridad de la información, nos enfrentamos a un panorama en constante evolución marcado por un aumento exponencial en la complejidad y frecuencia de los ataques. Los delincuentes han perfeccionado sus tácticas, aprovechando nuevas vulnerabilidades y técnicas de intrusión para robar o secuestrar datos confidenciales y causar interrupciones graves en las operaciones de negocio. A medida que estos ataques se vuelven más sofisticados, la necesidad de contar con medidas de seguridad igualmente avanzadas se hace más evidente.

Sin embargo, este desafío se ve exacerbado por la abrumadora cantidad de información y eventos que se generan durante un ataque. Los sistemas de seguridad se enfrentan a un auténtico diluvio constante de datos, registros y alertas provenientes de múltiples fuentes. El análisis manual de esta avalancha de información se vuelve prácticamente imposible para los equipos de seguridad tradicionales, lo que resulta en una respuesta lenta a las amenazas y en la posibilidad de pasar por alto indicadores clave de compromiso.

En este escenario, la Inteligencia Artificial puede incorporarse, con un alto impacto, a los mecanismos que los diferentes modelos de gestión de la seguridad proponen para el adecuado tratamiento y gestión de riesgos. Siempre teniendo presente que el papel humano sigue siendo esencial. La comprensión contextual, la toma de decisiones éticas y la adaptación a amenazas emergentes requieren de la experiencia y el juicio humano. La combinación de conocimiento humano y de experiencia con las capacidades de la IA puede traducirse en nuevas capacidades de defensa, sólidas y adaptativas, en el cambiante panorama de la seguridad de la información.

Se debe combinar el conocimiento humano y las capacidades de la IA

En el lado oscuro, los ciberdelincuentes han demostrado ser adeptos a la adopción de tecnologías emergentes, y la Inteligencia Artificial no es una excepción. Están aprovechando sus capacidades para orquestar ataques más precisos y sofisticados, utilizando algoritmos de aprendizaje automático para identificar vulnerabilidades y diseñar estrategias de ataque personalizadas. También para automatizar tareas repetitivas, como el envío masivo de correos electrónicos de phishing, lo que aumenta la eficiencia y el alcance de sus operaciones maliciosas.

Además, orquestado el ataque, están utilizándola para evadir la detección mediante algoritmos de generación de adversarios que pueden mutar, en tiempo real, las características de un ataque para eludir los sistemas de seguridad que se basan en patrones predefinidos.

No olvidemos que los ciberdelincuentes tienen acceso a las mismas herramientas que nosotros, pero más medios para disponer de ellas, más tiempo para entrenamiento, prueba y error, y no se preocupan por el cumplimiento de las leyes y regulaciones sobre protección de datos y privacidad. Jugamos con reglas diferentes y desiguales.

Los ciberdelincuentes tienen acceso a las mismas herramientas que nosotros

Aun así, la falta de aplicación de parches y actualizaciones, la mala configuración de los sistemas de seguridad y el phishing que sigue funcionando, entre otros, llevan a un escenario donde todavía los malos no necesitan invertir extraordinariamente en investigación y desarrollo… aún.

Las expectativas de uso de la Inteligencia Artificial son muchas. Priorizar el desarrollo de una u otra línea de trabajo deberá alinearse, en cada organización, con su particular estrategia de gestión y tratamiento de riesgos.

  • Detección avanzada de amenazas: La IA permitirá una detección más precisa y avanzada de las amenazas al analizar patrones de comportamiento anómalos en tiempo real. Esto mejorará la capacidad de anticipar y mitigar ataques antes de que el impacto sea significativo, reduciendo el tiempo de exposición y la superficie de ataque.
  • Automatización de la reacción y respuesta en tiempo real: La IA reúne conocimientos de manera continua y aplica razonamiento para identificar reacciones entre amenazas. Esto posibilita el análisis en tiempo real, que a su vez permite responder de manera ágil, evaluar y actuar con rapidez ante situaciones de riesgo críticas, minimizar el impacto y salvaguardar la integridad de los sistemas.
  • Reducción del tiempo de toma de decisiones: Los analistas de seguridad deben tomar decisiones que requieren de la recopilación, síntesis y análisis de los datos relevantes. La IA puede asumir las fases iniciales de dichas actividades y presentar a los analistas la información relevante contextualizada, lo que resulta en que aumente su capacidad para tomar decisiones informadas con rapidez y precisión.
  • Identificación proactiva de amenazas: Los sistemas de Inteligencia Artificial podrán analizar constantemente la infraestructura, los flujos de información y de comunicación, y, estableciendo correlaciones con fuentes externas, identificar amenazas emergentes no identificadas con anterioridad. Esta identificación temprana permitirá la implementación de medidas de mitigación del riesgo que impidan que se materialicen en incidentes.
  • Modelos de comportamiento del usuario: Mediante el análisis continuo, la IA podrá construir modelos de normalidad que permitan la detección de actividades anómalas o inusuales que podrían ser indicadores de una intrusión. En consecuencia, se reducirán también la tasa de falsos positivos en las alertas de seguridad, ya que los algoritmos de aprendizaje automático permitirán la ya mencionada detección entre situaciones normales y actividades verdaderamente sospechosas.
  • Fortalecimiento de la autenticación: Siendo cada vez más un elemento clave en la gestión de riesgos, podrán implantarse, con la ayuda de la IA, mecanismos de autenticación y autorización sólidos apoyados en patrones de comportamiento que garantizarán una autenticación más precisa y difícil de falsificar, reduciendo los riesgos asociados a la fuga de credenciales y al uso no autorizado de credenciales legítimas obtenidas de manera fraudulenta.
  • Mejora de la atribución de amenazas: La IA puede mejorar los métodos de atribución de amenazas al analizar el comportamiento distintivo de grupos maliciosos y las similitudes en los patrones de código utilizados en sus ataques. Este análisis ayuda a identificar con mayor precisión los responsables de un ataque y contribuye a una respuesta más específica y eficaz contra actores del cibercrimen ya conocidos.

En conjunto, estas expectativas subrayan el papel transformador de la Inteligencia Artificial en la gestión de la seguridad de la información, ofreciendo soluciones más dinámicas y proactivas en un paisaje digital cada vez más desafiante.

En el complejo escenario actual, enfrentarse a los desafíos de seguridad puede parecer abrumador, pero ignorarlos no hace que el elefante de la habitación desaparezca. En este contexto, la responsabilidad de las empresas que prestamos servicios de gestión de la seguridad de la información y de los profesionales que las formamos es clara: colaborar con nuestros clientes para forjar estrategias defensivas sólidas.

Es fundamental comprender que una arquitectura segura no se construye mediante la simple acumulación de componentes aislados, sino que se gesta a través de una visión holística y un diseño experto. Cada elemento debe ser considerado en su relación con el conjunto, de modo que formen una estructura coherente y resistente, un auténtico Sistema de Gestión de la Seguridad de la Información (SGSI).

​​​​​Una arquitectura segura se gesta a través de una visión holística y un diseño experto

En Izertis abordamos la seguridad de los sistemas y servicios de nuestros clientes desde esa perspectiva: abrazando la complejidad y diseñando estrategias que protejan sus activos y salvaguarden la confianza de sus clientes y socios, que evolucione en un entorno, el de la seguridad, en constante cambio, y que garantice un entorno más seguro y resiliente en el que el cliente pueda desarrollar su negocio.