Transformación digital
Esther Arango Senior Consultant

Cómo asegurar el éxito de un plan de transformación digital

En esta época que vivimos marcada por la pandemia y sus consecuencias, en un nuevo paradigma acuñado por Jamais Cascio (en un artículo publicado en el año 2020) como BANI (Brittle, Anxious, Non-linear, Incomprehensible), donde lo inestable ha dado paso a lo caótico, con resultados en ocasiones impredecibles y situaciones que se muestran incomprensibles, lo que obliga a las organizaciones a un proceso continuo de adaptación a las nuevas condiciones y reglas.

En este contexto, ¿cómo acelerar el cambio en una organización para crear ventajas competitivas adaptadas al entorno presente y sostenibles en el futuro? Desarrollando un proceso de transformación digital que redefina el modelo de negocio, con el foco en las personas y los clientes, y apoyándose en la tecnología.

El plan de transformación digital

Cada vez más organizaciones cuentan con un plan de transformación digital orientado a un cambio estructural, organizacional y de negocio que defina el camino a seguir y permita su evolución apoyándose en las ventajas que ofrece la tecnología para que ésta siga creciendo en este nuevo entorno. Es un ejercicio en el que se establece:

  • Cuál es la situación actual de partida.
  • Hacia dónde quiere ir.
  • Qué factores, reglas y condiciones definen, y, lo que es más importante, definirán el entorno en el que opera.
  • Quién liderará, dirigirá y monitorizará el camino a seguir.
  • Cómo se llevará a la práctica.
  • Qué palancas internas es necesario potenciar y cuáles de las externas se puede apoyar.
  • Qué buenas prácticas del entorno son inspiradoras y pueden adoptarse.

Sin un plan de transformación digital se corre el riesgo de acometer iniciativas parciales que no respondan a las necesidades globales de la organización.

¿Qué factores determinan el éxito del plan de transformación digital?

Son varios los elementos a tener en cuenta:

  • Definir un plan y hoja de ruta realista, orientado a resultados y con un claro enfoque de beneficio real, con iniciativas de carácter integrador, no aisladas, y planificadas en el tiempo acorde a las prioridades del negocio.
  • La puesta en marcha del plan requiere de un proceso adaptativo, flexible, iterativo y escalable puesto que es a largo plazo. Comenzar el proceso con un proyecto que permita su implementación y resultados en el corto plazo en un área o actividad para escalar al resto de la organización. De esta forma, se trabajará de forma ágil y flexible, y se visualizarán los primeros resultados rápidamente.
  • Identificar quién liderará el proceso de transformación digital. Definir un modelo de gobierno con funciones horizontales y verticales que aseguren que las “personas correctas realicen lo correcto”; solo así se podrá hacer un uso responsable de los recursos y se podrá crear valor para la organización.
  • Evaluar de forma sistemática y continua, monitorizando el progreso del plan a través del seguimiento de objetivos e indicadores definidos, para detectar correcciones y asegurar el éxito en la implementación del plan.
  • Adaptar la cultura de la organización al nuevo contexto, con nuevas formas de hacer y herramientas como Lean y Agile, asegurándose que el cambio llega a todos los niveles y tienen un rol activo. Es importante definir mecanismos que integren procesos, personas y sistemas. Un plan de transformación digital no es solo la implementación de soluciones tecnológicas.
  • Motivar de forma continua, especialmente en aquellos periodos de transición e incertidumbre, fomentado la participación del personal y escuchando sus aportaciones, ideas y miedos. Impulsar las competencias, tanto soft skills como digitales, para que estén preparados y se sientan seguros para el cambio. Y comunicar el qué y para qué del proceso, su estado y los resultados que se están obteniendo.
  • Pensar siempre en el cliente, que el proceso de transformación tenga el foco en aportarle mayor valor (incrementar la rapidez en la respuesta, producto más competitivo, ofrecer nuevos servicios, llegar a más clientes, etc.).
  • Apoyarse en partners con experiencia en el diseño y acompañamiento del plan de transformación digital desde un enfoque estratégico, con metodología y herramientas basadas tanto en el conocimiento del negocio como de las tecnologías asociadas a la actividad, que empodere al equipo responsable de liderar el cambio y ejerza un papel facilitador.
  • Establecer vigilancia con el fin de estar al día de la evolución de las tecnologías, conocer buenas prácticas y casos de éxito, qué hace la competencia, nuevos comportamientos de los clientes, cambios en el entorno, etc., en un proceso sistemático que permita obtener información y conocimiento para evolucionar el plan de transformación digital y adaptarlo a nuevos contextos.

Conclusión

Los cambios están sucediendo, y a un ritmo cada vez más acelerado, lo que obliga a las organizaciones a ser capaces de adaptarse de forma ágil y flexible. Las tecnologías juegan un papel fundamental como herramienta facilitadora de dicha adaptación, así como impulsora para el desarrollo de nuevas oportunidades de negocio.

La puesta en marcha de un plan de transformación digital define la ruta a seguir para la evolución futura de una organización en los nuevos y desafiantes entornos que se presentan.